martes, marzo 28, 2006

el mejor regalo

Hace mucho tiempo desde que era niño siempre quise vivir en el campo, me hubiese gustado vivir al lado de un río de aguas claras, con peces de colores. Tener un huerto con muchas plantas, tener mis vacas, mis caballos. No era algo así como la familia Ingalls pero esa familia creo que mas sufría que otra cosa. Me levantaba oliendo a pan recién horneado, el olor a tierra húmeda. Corría a la cocina siguiendo el olor del desayuno, para luego salir al campo o a estudiar. Ir solo una vez por semana al pueblo por víveres o ropa. Sueño aun haciendo eso.

No hace mucho viaje a un sitio llamado Colaguay (acuérdate después de este nombre)( ojea el mapa: http://www.multimap.com/wi/browse.cgi?lat=-5.8853&lon=-79.1206&scale=500000&icon=x ) fue como entrar en mis sueños. Me llevo caminar 4 horas llegar ahí, algunos tramos los hice en acémila (si no sabes que es acémila: es parecido a ti antes de no saber esta palabra). Llegue muy cansado por supuesto. Cada vez que me iba acercando al pueblo era como si retrocedía el tiempo y me sentía nuevamente un niño, mi corazón no dejaba de latir queriendo el escapar cada uno por su lado.


Llegue casi entrada la noche y no pude apreciar los tramos finales por donde había entrado al pueblo. No dormí mucho tratando de imaginarme como era en realidad, que martirio. Me desperté muy temprano solo tenia ganas de salir a la puerta y ver todo, el olor a tierra mojada me llamo afuera, todo era tal como lo imagine. Todo era real. Sentí paz, sentí el calor de hogar. Una casa no necesita de adornos, ni de grandes artefactos. Lo que llena y llama a siempre quedarse es el calor de familia, el amor por cada miembro que la forma. Fue un gran imán para mi, es hasta ahora uno de mis mejores viajes.

Aun pienso que sigo allá y ya se que no debo de estar acá.

0 dimelo en voz alta:

Publicar un comentario

<< Home

metro de lima